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Las peores canciones de la historia



Las listas sobre gustos siempre son aleatorias. Se puede reducer el porcentaje de subjetividad que se aplica al orden de los ránkings pero siempre habrá un elemento emocional. En las listas de mejores canciones, discos o grupos del rock siempre hay un añadido a lo que significaron en su momento. Un aficionado corriente del siglo XXI no encuentra nada provocativo en un rockero de los 50, pero así era en su década. Y un artista famoso de los 80 estaría seguro de ser un vanguardista de pro cuando en realidad podría ser el más abofeteable de los horteras que ha tenido la desfachatez de pisar un escenario a vomitar su canción del momento. Pero tal vez esté siendo demasiado generalista y ustedes necesiten que este viejo periodista concrete sus divagaciones con nombres concretos. Estoy de acuerdo. Por eso acepté la petición de AOL Radio (la emisora de radio de internet de American On Line) y formé parte del comité que seleccionó las cien peores canciones de la historia del rock. El único criterio que seguimos antes de elaborar es que debían ser muy malas, pero de artistas al fin y al cabo. Quedaban fuera los investos tipo Jonas Brothers, Hannah Montana, Shakira (y su inglés incomprensible) o casos igual de flagrantes salidos de la retorcida mente de un directivo de TV o emisora de radio sin el más mínimo escrúpulo.
Suban a bordo, abrochénse los cinturones y no olviden poner sus bandejas en posición vertical pues la cuenta regresiva de las últimos veinte va a comenzar:
20. ‘The final countdown’ (Europe, 1986). La simplona melodía electrónica que popularizó esta canción podia tener gracia las primeras cien veces que la escuchabas, pero después de mil veces, y otras mil de propina, pues sonaba en todas partes, acababa por saturar. No ayudaba en nada esa banda de enormes pelos cardados que desafiaban la Ley de la gravedad que avergonzaba a los heavies de buen gusto y a los centros de estética.
19. ‘What’s up’ (For Non Blondes, 1993). Linda Perry apareció en medio del estallido grunge con su disfraz de jamaicana del año y se abrió paso a base de unos grititos de lamento que lamentablemente todos acabamos por lamentar. No ser rubia no te derecho a hacer cualquier cosa.
18. ‘Gettin’ jiggy wit it’ (Will Smith, 1998). El ex Príncipe de Bel-Air se propuso ser el rapero más bonachón de la historia y vaya si lo consiguió. Sus errores ortográficos no ocultaban que la canción no faltaba el respeto a nadie, no pretendía ser rebelde, ni siquiera original… En realidad no va sobre nada.
17. ‘Achy breaky heart’ (Billy Ray Cyrus, 1992). El intento fallido más gordo que se recuerda de intentar vender el country romántico a toda la población planetaria. Si has bailado alguna vez esa coreografía será mejor que lo ocultes en la parte más oscura y profunda de tu escaso sentido de la vergüenza.
16. ‘Thong song’ (Sisqo, 2000). ¿Un tema sobre chanclas? ¿Sabías que las mujeres son como autocares? Sigue siendo incomprensible que alguien llegara a pagar por escuchar esto.
15. ‘Hollaback girls’ (Gwen Stefani, 2005). Pocas canciones han hecho más daño al feminismo que ésta, y su vídeo, haciendo de raperas-que-salen-de-marcha-llevando-un-gorro-de-lana-en-verano-con-mis-amigas-las-animadoras es pura vergüenza ajena. Y toda esta historia para responder a Courtney Love… ¡Uff!
14. ‘Rico suave’ (Gerardo Mejía, 1991). ¿Qué resulta más odioso, que Gerardo fuera de rapero-caballero-latin lover? ¿O que fuera el culpable del desembarco de Enrique Iglesias en los Estados Unidos? En ambos casos: ¡culpable!
13. ‘Convoy’ (C.W. McCall, 1975). Llegó a ser un número 1 a pesar de ser una fanfarría simplona con una molesta voz de pegote superpuesta. Algunos piensan que fue un antecesor del rap. La mayoría opina que así que es una muestra de cómo no debería sonar ningún estilo musical.
12. ‘With arms wide open’ (Creed, 2000). Como hacer que una balada suene infinita. Infinitamente larga a pesar de ser solo cuatro soporíferos minutos.
11. ‘Wannabe’ (Spice Girls, 1996). Esta canción estuvo a punto de no entrar en la lista ya que se tata de un cásting y no de un grupo. De hecho el único principio en que se basa esta reunión de cinco chicas que sólo saben tocar el instrumento de su compañero(s) sentimental(es) es plantear un debate entre chicas y chicos. Si eres una chica, ¿con qué spicy te identificas? Y si eres un chico y solo pudieras tener sexo con una de ellas, ¿a cual eligirías? La canción simplemente no existe…
10. ‘My heart will go on’ (Celine Dion, 1997). Esta es una canción que me encoge el corazón cada vez que la escucho. Me obliga a cerrar los ojos y a preguntarme, ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué nadie le compró un billete a Celine Dion en el Titanic y se aseguró que no saliera de él?
9. ‘Macarena’ (Los del Rio, 1995). Si la voz de una pareja de hermanos españoles maduritos (más bien pasados de fecha) es tan lamentable que debe ser doblada por una aguda voz femenina para introducir esta canción en territorio yanqui, es una señal inequívoca de que algo estamos haciendo mal. Muy, pero que muy mal. El bailecito no era gratuito, si no un identificador de horteras.
8. ‘Ebony and ivory’ (Paul McCartney y Stevie Wonder, 1982). Dos grandes artistas cantan sobre un bello mensaje de amistad entre razas, ¿cómo y dónde se volvió una canción para que los jubilados ricos la bailaran en los cruceros? Eso no es rock... Ni se le parece.
7. ‘I’m too sexy’ (Right Said Fred, 1991). No teníamos nada en contra del movimiento gay a favor de abrir los gimanasios 24 horas al día, 7 días a la semana pero eso no justifica el espolio del riff de guitarra de ‘Third stone from the Sun’ de Jimi Hendrix. A los grandes se les debe un respeto.
6. ‘I’m a woman’ (Helen Reddy, 1972). “He pagado el precio por hacer cualquier cosa, soy fuerte, soy invincible”… ¿Y decidiste emplear tu tiempo en esto?
5. ‘U can’t touch this’ (MC Hammer, 1990). Los pantalones bombachos XXXL, las hombreras más grandes aún, el corte de pelo a machetazos, el baile inspirado en los saltos que da uno sobre la arena caliente en verano… Una canción tan tonta que solo la bailaban los que iban vestidos de ciclista.
4. ‘Barbie girl’ (Aqua, 1997). Pijería noruego-danesa imbuida del espíritu techno más desenfadado. Mattel denució el uso del nombre de su popular muñeca de cintura imposible. Y por una vez, casi todos nos pusimos de parte de la gran corporación.
3. ‘She bangs’ (Ricky Martin, 2000). Una canción complicada. Una colección de gorgoritos con orquesta caribeña del infierno dedicada a una chica de la que nunca supimos nada. Si Ricky hubiera salido conveniente maquillado y vestido sabríamos si era él quien se ofrecía a una noche de romance…
2. ‘Ice, ice baby’ (Vanilla Ice, 1990). Cuando te llamas ‘Helado de vainilla’ no estás predestinado a salvar al mundo del hambre o las guerras. Pero sí además pretendes ser un tipo duro y seductor, disfrazado de camarero de hotel de lujo, saltando y girando sobre ti mismo, entonces… tampoco.

Llegados al número uno tuvimos una fuerte discusión. Nos encontramos en un callejón sin salida cuando chocaron dos corrientes de opinión enfrentadas. A estas alturas ya habíamos dejado fuera del top a algunas canciones con al menos los mismo méritos para estar en el Top 20, pero el número 1 de lo peor de lo peor tenía que ser significativo. Por una parte había quien opinaba que ‘Who let the dogs out?’ (Baha Men, 2000) y su estribillo de ladridos debía encabezar el ránking de la vergüenza. Y por otro lado estaba yo (sí, sólo en una esquina) que defendía que ‘Hello, goodbye’ (The Beatles, 1967) debía ese castigo por haber perpetrado tal engendro a pesar de ser los más grandes.
McCartney no tiene excusa, pese a formar parte de un disco experimental, cuyo destino era probar hasta que punto se podía grabar algo surrealista, dentro del alucinógeno ‘Magical Mystery Tour’, la canción es un despropósito consumado. El propio John Lennon aborreció el tema y la odió por relegar a la cara B del single que acompañaba su ‘I am the walrus’, igualmente loca, pero más divertida (con inescrutables hombres huevo merodeando). La definió como “tres minutos de contradicciones y sin sentidos yuxtapuestos”. La letra merece ser leída como prosa para imbuirse de la nada más absoluta. ‘Tú dices sí, yo digo no / Tú dices para y yo digo vamos, vamos, vamos, ¡oh no! / Tú dices adiós y yo digo hola / Hola, hola / No sé por qué cuando dices adiós yo digo hola / No sé por qué cuando dices adiós yo digo hola / Yo digo alto, tú dices bajo / Tú dices por qué y yo digo no lo sé, ¡oh, no! / (Hola adiós, hola adiós) hola, hola / (Hola adiós) No sé por qué dices adiós y yo digo hola / (Hola adiós, hola adiós) hola, hola / (Hola adiós) No sé por qué dices adiós / (Hola adiós) Yo digo hola-adiós / Por qué, por qué, por qué, por qué, por qué dices adiós adiós, ¡oh, no! / Tú dices adiós y yo digo hola / Hola, hola / No sé por qué cuando dices adiós yo digo hola / Hola, hola / No sé por qué cuando dices adiós yo digo hola / Tú dices sí (yo digo sí) yo digo no (pero puede significar no) / Tú dices para (puedo quedarme) y digo vamos, vamos, vamos (hasta que es hora de irse), ¡oh, no! /Tú dices adiós y yo digo hola / Hola, hola / No sé por qué cuando dices adiós yo digo hola / Hola, hola / No sé por qué cuando dices adiós yo digo hola / Hola, hola / No sé por qué cuando dices adiós yo digo hola / Hola, hola / Hela heba helloa / Hela heba helloa, cha cha cha / Hela heba helloa, wooo / Hela heba helloa, hela / Hela heba helloa, cha cha cha / Hela heba helloa, wooo / Hela heba helloa, cha cah cah’.
Son 3 sí, 6 cha, 7 helas, heba, helloa, 15 no, 16 ¿por qué?, 19 tú, 23 adiós y yo, 38 hola y 40 dices. Pero no estaban dispuestos a darme la razón y además ellos consideraban que quizá los perros fueron maltradados por lo que su candidato era más cualificado que el mío.

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